Hispanos Dejan La Educacion USA
Washington - Uno de los mayores problemas que afrontan los hispanos en EEUU sigue abierto, ya que la mitad de los estudiantes de esta comunidad deja la educación secundaria antes de terminarla y la mayoría de ellos lo hacen por falta de motivación.Un ambicioso informe presentado hoy sobre las causas del abandono de las aulas en centros públicos ha revelado que el fracaso académico no es el principal responsable de que los estudiantes no acaben la secundaria, sino la falta de motivación.
Quienes dejan las clases lo hacen por un amplio abanico de circunstancias, aunque la opinión más repetida por los 477 jóvenes entrevistados en el estudio fue que "las clases son aburridas e irrelevantes para sus vidas".
Para Sandra Licón, de la Fundación Bill y Melinda Gates, que encargó el informe, las razones del alto grado de deserción entre hispanos son que "viven en comunidades que reciben poca atención académica y carecen de buenos programas de refuerzo de idiomas".
"Los profesores en escuelas con un alto porcentaje de hispanos no esperan mucho de ellos, pero el estudio ha demostrado que necesitan lo contrario", dijo Licón.
En total, un millón de estudiantes abandona cada año los institutos en EEUU, lo que representa uno de cada tres alumnos.
La mayoría de quienes lo hicieron dijeron en la encuesta, llamada "La Epidemia Silenciosa: Perspectivas del Abandono Escolar", que habrían conseguido terminar sus estudios si las clases les hubiesen supuesto un reto y si alguien les hubiese ayudado a darse cuenta de su error.
Tres de cada cuatro encuestados dijo que si pudiese volver atrás en el tiempo no tomaría la misma decisión.
Tan sólo un 35 por ciento de los jóvenes entrevistados, de entre 16 y 25 años, atribuyeron su fuga de las aulas al fracaso académico. De hecho, el 65 por ciento tenían notas de aprobado o más altas cuando comenzaron a dejar de frecuentar los institutos.
"Los jóvenes que vimos no eran marginales ni menos capaces que otros, sino que simplemente se aburrían o no encontraban una motivación", dijo Geoffrey Garin, presidente del Peter D. Hart Research Associates, que condujo la encuesta.
"Se trata de un proceso lento de desenganche de la escuela y lo importante es descubrir cuándo se está iniciando para poder evitarlo", aseguró Garin.
Entre las recomendaciones que hacen los autores del estudio para evitar el problema están que las administraciones estatales y federales propongan más opciones para los alumnos, que los padres se impliquen más en la educación de sus hijos y que se creen sistemas preventivos para detectar futuras deserciones.
Una persona que ha abandonado la escuela gana un promedio de 9.200 dólares menos al año que un graduado, y alrededor de un millón de dólares menos en el conjunto de su vida que un licenciado en la universidad.
Mientras, los esfuerzos de la Administración Bush para resolver el problema educativo de las minorías, cristalizados en la ley "Que No Quede Ningún Niño Atrás", siguen en entredicho.
En los cuatro años desde que se aprobó la norma, la brecha en el rendimiento académico en la enseñanza secundaria entre hispanos y blancos se ha reducido en tantos estados como en los que ha aumentado o permanecido igual, según datos presentados hoy por la organización Education Trust.
Sin embargo, en la educación primaria los resultados han sido más alentadores, ya que han conseguido reducir la zanja en casi todos los estados.
Un estudio de esa fundación en California comprobó el año pasado cómo los profesores en áreas con mucha población hispana estaban peor pagados que aquellos que enseñaban en zonas con comunidades con menor presencia de esta minoría.
Quienes dejan las clases lo hacen por un amplio abanico de circunstancias, aunque la opinión más repetida por los 477 jóvenes entrevistados en el estudio fue que "las clases son aburridas e irrelevantes para sus vidas".
Para Sandra Licón, de la Fundación Bill y Melinda Gates, que encargó el informe, las razones del alto grado de deserción entre hispanos son que "viven en comunidades que reciben poca atención académica y carecen de buenos programas de refuerzo de idiomas".
"Los profesores en escuelas con un alto porcentaje de hispanos no esperan mucho de ellos, pero el estudio ha demostrado que necesitan lo contrario", dijo Licón.
En total, un millón de estudiantes abandona cada año los institutos en EEUU, lo que representa uno de cada tres alumnos.
La mayoría de quienes lo hicieron dijeron en la encuesta, llamada "La Epidemia Silenciosa: Perspectivas del Abandono Escolar", que habrían conseguido terminar sus estudios si las clases les hubiesen supuesto un reto y si alguien les hubiese ayudado a darse cuenta de su error.
Tres de cada cuatro encuestados dijo que si pudiese volver atrás en el tiempo no tomaría la misma decisión.
Tan sólo un 35 por ciento de los jóvenes entrevistados, de entre 16 y 25 años, atribuyeron su fuga de las aulas al fracaso académico. De hecho, el 65 por ciento tenían notas de aprobado o más altas cuando comenzaron a dejar de frecuentar los institutos.
"Los jóvenes que vimos no eran marginales ni menos capaces que otros, sino que simplemente se aburrían o no encontraban una motivación", dijo Geoffrey Garin, presidente del Peter D. Hart Research Associates, que condujo la encuesta.
"Se trata de un proceso lento de desenganche de la escuela y lo importante es descubrir cuándo se está iniciando para poder evitarlo", aseguró Garin.
Entre las recomendaciones que hacen los autores del estudio para evitar el problema están que las administraciones estatales y federales propongan más opciones para los alumnos, que los padres se impliquen más en la educación de sus hijos y que se creen sistemas preventivos para detectar futuras deserciones.
Una persona que ha abandonado la escuela gana un promedio de 9.200 dólares menos al año que un graduado, y alrededor de un millón de dólares menos en el conjunto de su vida que un licenciado en la universidad.
Mientras, los esfuerzos de la Administración Bush para resolver el problema educativo de las minorías, cristalizados en la ley "Que No Quede Ningún Niño Atrás", siguen en entredicho.
En los cuatro años desde que se aprobó la norma, la brecha en el rendimiento académico en la enseñanza secundaria entre hispanos y blancos se ha reducido en tantos estados como en los que ha aumentado o permanecido igual, según datos presentados hoy por la organización Education Trust.
Sin embargo, en la educación primaria los resultados han sido más alentadores, ya que han conseguido reducir la zanja en casi todos los estados.
Un estudio de esa fundación en California comprobó el año pasado cómo los profesores en áreas con mucha población hispana estaban peor pagados que aquellos que enseñaban en zonas con comunidades con menor presencia de esta minoría.