Informacion Tiempos Compartidos

Los Pros y Contras de los tiempos compartidos - La industrial de tiempo compartido ha sido ampliamente criticada e incluso ligada al fraude turístico y existen la diferencia la cual es la inversion de una propiedad vacacional con un empresa solida y segura.

Informacion Tiempos CompartidosA diferencia de los tradicionales alquileres, donde el usuario decide cada año sobre la base de la calidad y precio de las alojamientos, el tiempo compartido requiere que se haga un gran pago inicial. No obstante, este pago garantiza la mayor calidad de alojamiento turístico de por vida.

Existen grandes dudas como si los compradores de tiempo compartido recobran alguna vez el dinero que han dado, pero la inmensa mayoría de propietarios de tiempo compartido no tienen intención de salir del sistema y buscar una mejor calidad y dada la gran calidad de sus alojamientos de vacaciones, hacen que su gasto financiero sea un gasto lógico y un excelente valor para su dinero.

Existen algunas quejas de que los propietarios tienen que regresar al mismo resort cada año, pero actualmente existen un par de empresas que permite a los propietrios de tiempo compartido intercambiar sus semanas en, literalmente, miles de resorts de alta calidad en todo el mundo.

Otras quejas hacen referencia a las cuotas anuales de mantenimiento. Algunas críticas hablan de cuotas siempre al alza que hacen que los propietarios no puedan permitirse el mantener sus semanas debido a la presión financiera.

Una de las mayores ventajas de este producto es el hecho de que el tiempo compartido de vacaciones es una propiedad inmobiliaria. Los desarrolladores de Resorts compran terreno en un lugar y promueven un Resort. En la actualidad venden a los clientes semanas traspasadas de propiedad inmobiliaria en un lugar específico, lo que significa que los clientes pueden hacer con las semanas que poseen lo que deseen. Esta flexibilidad incluye la posibilidad de alquilar semanas que no se utilizan o traspasarlas para cederlas a los amigos o familia.

By Geoffrey Gonzalez